¿POR QUE DIOS PERMITE EL MAL?

escrito por LUIS ALBERTO MACHADO SANZ

Abogado

machadosanz@gmail.com

@caballitonoble 

I- Una buena dama pelea con Dios porque “le hizo un mal”

 

A una buena dama se le murió un hijo, el hijo murió joven, la buena señora culpó a Dios por la muerte de su hijo y por lo tanto, “en protesta” a Dios por “el mal” que Dios le había hecho de “no haber escuchado la súplica” de una madre a Dios todopoderoso y bondadoso, le dijo a Dios que no iría más a Misa y no se quedó “en un decir”, dejó de ir a Misa… 

 

Bueno, esta noble señora estuvo varios años sin ir a Misa hasta que se le pasó su molestia con Dios y volvió a Misa, decidió “hacer las paces con Dios”, como diríamos “se le pasó la rabia” con Dios pero por un buen tiempo sintió que al no ir a Misa le protestaba a Dios “por el mal que le hizo de haberse levado a a su hijo joven”… 

 

II- ¿Por qué si Dios es tan bueno me puede hacer algo tan malo?

 

La buena dama de la que nos estamos refiriendo, sabiéndolo o no, tenía el siguiente conflicto y pregunta:

 

¿Por qué si Dios es tan bueno me puede hacer algo tan malo?

Debido a lo anterior, aupadas por el diablo maligno enemigo vienen las dudas y tentaciones: ¿será que Dios no es tan bueno o será que Dios no es Dios?

 

No olvidemos lo que dice San Pedro:

 

"Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar " 1 Pedro, 5

El diablo existe y no es bobo aunque a veces se hace el bobo y le sabe sacar provecho cuando se hace el bobo y el que no existe y en este tipo de dudas es un maestro en saber sacarle provecho para hacernos caer en la tentación.

III- Lo que explica Santo de Tomás de Aquino del por qué Dios permite el mal (el bien y la ausencia de bien, la luz y la oscuridad)

 

Siguiendo a Santo Tomás de Aquino vamos a explicar el porqué Dios permite tanto mal, siendo Dios “bondad infinita” y “causa de las causas de todo bien”, a ver si la buena señora logra entender el porqué Dios le arrebató a su hijo: 

 

Santo Tomás de Aquino basó su interpretación teológica en Aristóteles, vamos a poner los principios teológicos fundamentales aristotélicos de este asunto del porqué el infinitamente bueno de Dios permite males horribles:

 

A) El mal no es lo contrario del bien, es un vacío de bien, tal cual la oscuridad no es lo contrario de la luz, es un vacío o falta de luz. 

El mal no tiene ni sustancia ni fuerza por sí mismo, necesita una ausencia de bien para sostenerse. El mal es como un parásito que se nutre de la ausencia de bien. 

Veamos el caso de la oscuridad. La oscuridad es la falta de luz. Del prisma de luz salen los 7 colores, de la oscuridad no sale nada. Basado en Aristóteles, Santo Tomás de Aquino dice que “de la nada no sale nada”. Un cuarto estará oscuro mientras no le entre luz. Supongamos que un cuarto está cerrado, hermético a la luz. Ergo, estará oscuro. Lo único que hay que hacer es abrir las ventanas para que entre la luz del exterior y automáticamente dejará de estar oscuro, para acabar con la oscuridad lo único que hay que hacer es encender la luz si es de noche o correr las cortinas y subir las persianas si es de día y con esto la oscuridad se disipará al instante ya que será absorbida por la luz.

Bien dice el Evangelio de San Juan:

“La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:5).

Veamos un ejemplo muy claro de la luz simbolizando el bien y las tinieblas simbolizando el mal (ausencia de bien):

“En cuanto Judas recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: "Realiza pronto lo que tienes que hacer". Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Era de noche”. Juan 13: 30

Ponemos la lupa en “era de noche”. Las cosas malas se suelen hacer aprovechando la falta de luz, la oscuridad, la noche; tal cual se hizo la traición de Judas y tal cual se tejen las traiciones, los negocios sucios, las componendas secretas donde se negocia lo innegociable a cambio de grandes sumas de dinero; etc. El santo Evangelio según San Juan lo explica muy bien: 

 

“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios” (San Juan 3, 19-21).

Con el odio pasa lo mismo, el odio no es lo contrario del amor sino que es una falta de amor, es una ausencia de amor. Es decir, el odio, aunque mueve y motiva, es algo pasivo, no activo. Combatir el odio con más odio, sería como echarle gasolina a la candela. De alguna manera, el periodista Arístides Bastidas, autor de la columna “la ciencia amena”, tituló en el diario El Nacional, algo que en el fondo es el mismo planteamiento. Fue el día 5 de abril de 1968, al día siguiente del asesinato de Martín Luther King Jr. y dicho titular fue el siguiente: 

“Martín Luther King murió convencido en que la confraternidad humana es una fuerza más poderosa que el odio”.

Con el odio pasa lo mismo. El odio es ausencia de amor. Combatir el odio con más odio, sería como echarle gasolina a la candela. De alguna manera, el periodista Arístides Bastidas tituló en el diario El Nacional, algo que en el fondo es el mismo planteamiento. Fue el día 5 de abril de 1968, al día siguiente del asesinato de Martín Luther King Jr. y dicho titular fue el siguiente:

“Martín Luther King murió convencido en que la confraternidad humana es una fuerza más poderosa que el odio”.

 

Las cosas malas, las cosas buenas perduran. El Capítulo primero del Evangelio de San Juan, lo dice muy claramente:

“La luz resplandece en las tinieblas” (Juan 1: 5).

 

Por ende, la manera de derrotar el odio, es con amor. En consecuencia, por eso, una persona con odio es vencida, cuando siente que lo quieren, que lo aman, etc.

B) Dios es la causa primera del bien, la causa segunda del bien somos nosotros.

 

C) La causa primera del mal somos nosotros

 

D) De no puede nacer mal alguno, Dios no quiere el mal, Dios quiere que todos salven (el bien) y que ninguno se pierda (el mal), Dios no quiere el mal; sin embargo, lo permite y de los males que permite saca bienes mayores 

IV-Hemos dicho que en Dios no puede haber mal alguno ni puede querer mal alguno. “Dios quiere que todos los hombres se salven y que ninguno se pierda”. 1 Timoteo, 2: 4.  

Habría mal en Dios y querría Dios el mal si Dios no quisiera que todos los hombres se salvaran y que ninguno se perdiera, el que se pierde no es porque Dios quiso que se perdiera sino a pesar que Dios NO quiso que se perdiera sino que quiso que se salvara. El que se pierde es porque quiso perderse y no porque Dios quiso que se perdiera. Bien dijo San Agustín lo siguiente:

“Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti”.

 

V- La voluntad de Dios no se puede inclinar al mal solo al bien, todo lo que hace Dios es bueno y para el bien. Santo Tomás nos sigue explicando y también Santa Teresa

 

 A) En el libro del Génesis explica muy bien que Dios todo lo hizo bien y si lo hizo todo bien es porque quiso el bien y no quiso el mal:

       

“Dijo Dios: 

 

"Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.

 

Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó."

Y los bendijo Dios y les dijo: 

"Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra." 

 

Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno" (GÉNESIS 1,26-28.31ª).

 

Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno. Y atardeció y amaneció: fue el día Sexto (Génesis 1,31).

 

B)  Santo Tomás de Aquino explica el porqué Dios solo quiere el bien y no puede quiere el mal, veamos:

La primera encíclica de Papa emérito Benedicto XVI se llamó “Deus Caritas Est”, “Dios Es Amor”, de fecha 25 de diciembre de 2005, solemnidad de la Natividad del Señor. Dicha encíclica comienza así:

 

«Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él » (1 Jn 4, 16)…en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él».

Santo Tomás de Aquino explica muy bien que en Dios existe el amor y no puede querer el mal. En efecto, en la “Summa contra los Gentiles”, Santo Tomás de Aquino dice lo siguiente:

 

LIBRO PRIMERO

CAPITULO XC

En Dios existe el amor que es no sólo verdadero, sino perfectísimo y firmísimo…En Dios, como hemos demostrado…existe el gozo y la delectación. Luego también el amor… 

También recuerda la Escritura el amor de Dios. Dice en el Deuteronomio: “El ama a los pueblos”. Y en Jeremías: “Te amé con amor eterno”. Y en San Juan: “El Padre os ama”. — Algunos filósofos enseñaron igualmente que el amor de Dios es el principio de los seres… Así se dice en el Salmo: “El Señor es piadoso y benigno, paciente y misericordiosísimo”…

 

CAPITULO XCV

Dios no puede querer el mal

De lo dicho se puede demostrar que Dios no puede querer el mal. En efecto:

La virtud de un sujeto es principio de bien obrar. Pero todo obrar de Dios es un obrar virtuoso, al ser su virtud su esencia, como ya se probó (c. 92). Luego no puede querer el mal…

 

Se ha demostrado que Dios es el sumo bien… Más el sumo bien excluye todo consorcio con el mal, como el sumo calor la mezcla de frío. En consecuencia, la voluntad divina no puede inclinarse al mal… 

 

CAPITULO XCVI

Dios no odia nada, y no le puede convenir el odio hacia cosa alguna

Con esto se evidencia que no puede convenir a Dios el odio hacia cosa alguna. Efectivamente:

 

Lo que el amor es al bien, el odio es al mal; porque para quienes amamos queremos el bien, y para quienes odiamos, el mal. Luego si, como se ha probado, la voluntad de Dios no se puede inclinar al mal, es imposible que Él tenga odio hacia alguna cosa…”

Por lo tanto, todo mal, como por ejemplo un acto terrorista, no puede venir de Dios, no puede ser querido por Dios, ni tampoco se puede amparar en la Voluntad de Dios. Por lo tanto, es teológicamente imposible que un mal como por ejemplo lo es un criminal acto terrorista, sea querido por Dios. Una cosa es que lo permita con el fin de sacar males mayores y otra es que sea querido por Dios que no lo es.

Como antes dijimos, si Dios permite el mal, como de hecho lo permite, es para sacar bienes mayores, como bien lo explica Santo Tomás de Aquino en su “Suma Teológica” y también lo explica Jacques Maritain basado en Santo Tomás de Aquino, en su extraordinario libro “Y Dios permite el mal”.

 


Por otra parte, el que por ejemplo asesina es un homicida, viola el V Mandamiento de la Ley de Dios, es un homicida así lo haga en nombre de Dios. No es excusable ningún crimen, así se haga en nombre de Dios. Sin embargo, lo queremos explicar del porqué el infinitamente bondadoso Dios permite el mal para sacar bienes mayores lo ilustra el fratricidio de Caín contra su hermano el justo Abel:

 

Dios no quiso que Caín matara a su hermano Abel, lo que hizo Caín fue de la total responsabilidad y culpa de Caín. Caín mató a su hermano Abel por envidia, la envidia no es Dios, la envidia, instigada por el diablo, es cosa de nosotros los humanos, la envidia no es de Dios:

"5.A Yahvé le agradó Abel y su ofrenda, mientras que le desagradó Caín y la suya. Ante esto Caín se enojó mucho y su rostro se descompuso." 

"6.Yahvé le dijo: «¿Por qué andas enojado y con la cabeza baja? Si obras bien, podrás levantar tu vista. 7.Pero tú no obras bien y el pecado está agazapado a las puertas de tu casa. El te acecha como fiera, pero tú debes dominarlo.»" Génesis 4, 5-7 

 

A Jesús también lo mataron por envidia:

"15.Cada Fiesta, el procurador solía conceder al pueblo la libertad de un preso, el que quisieran. 16. Tenían a la sazón un preso famoso, llamado Barrabás. 17.Y cuando ellos estaban reunidos, les dijo Pilato: «¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, el llamado Cristo?», 18.pues sabía que le habían entregado por envidia." Mateo 27: 15-18

 

Pues bien, Dios sacó de la muerte del justo Abel un bien mayor que el mal que produjo Caín con el fratricidio de su hermano Caín.

B) La gran mística Santa Teresa de Jesús dice lo siguiente:

 

“Vuestra soy, para Vos nací:

¿Qué mandáis hacer de mí?

Soberana Majestad, eterna Sabiduría,

Bondad buena al alma mía” (extracto). 

 

Santa Teresa de Jesús. Óleo de Rubens

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Santa Teresa define a Dios como “Bondad buena”, si ella hubiera pensado que de Dios  pudiera salir mal alguno lo hubiera dicho, no lo dijo, definió a Dios como “Bondad buena”, el bien excluye al mal (vacío de bien)

 

VI 4 males: el caso del justo Job, la venta de José por sus hermanos, la traición de Judas y las negaciones de Pedro pero de todos esos males Dios sacó bienes mayores

 

-Vamos a poner 4 ejemplos de porqué Dios permite el mal para sacar bienes mayores de los males que permite, tomando nota que no se trata que Dios quiere el mal sino que lo permite; por eso en su libro “Dios y la permisión del mal”, bien dice el filósofo y teólogo francés Jacques Maritain que todo lo qué pasa, bueno o malo, en última palabra, es “porque Dios lo quiere o lo permite”: 

 

A- El caso de Job también nos enseña cómo Dios permite el mal para sacar bienes mayores:  

El diablo tentó a Job y Dios permitió que el diablo tentara a Job para probarlo (no es un mal que sale de Dios el probar a alguien, al contrario puede ser causa de un gran bien):

Job era un hombre muy piadoso y muy bueno, estaba bendito por Dios, era muy próspero, rico y un hombre de mucho éxito, le iba muy bien en todo lo que emprendía, pero un buen día el diablo le pide a Dios que le permita llevarle a Job toda clase de males para que Dios vea como Job lo maldice. 

 

Dios accede pero le pone límites al diablo en el sentido de que le puede hacer todo tipo de males excepto quitarle la vida. En consecuencia, le vienen a Job todo tipo de males, desventuras, problemas y desgracias pero Job en vez de maldecir a Dios como pretendía el diablo lo que hace es confiar en Dios y abandonarse en Él (Job 1, 6-22) 

 

A cada desgracia, Job repetía:

 

"El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó. ¡Bendito sea el nombre del Señor!" (Job, 1, 21)

 

En ningún momento Job renegó ni maldijo a Dios. Al final se acaba el turno del diablo, este sale de la escena y Dios le restituye a Job y lo restituye con creces. En el Evangelio se nos dice que Dios paga el ciento por uno:

 

"29.Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, 30.quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna." Marcos 10: 30

Lo que le sucedió con Job nos puede ilustrar en este asunto de cómo Dios infinitamente bueno permite el mal y males horrendos y monstruosos pero de esos males que Dios permite, saca bienes mayores.

 

B- José es vendido por sus hermanos:

 

Un caso donde se ve que Dios permitió el mal para sacar bienes mayores estuvo en o venta de José. José era hijo de Jacob que su vez era hijo de Isaac y éste a su vez era hijo de Abraham. Cuando Dios se le aparece a Moisés en la zarza ardiendo pero en que no se quemaba le dice lo siguiente:

«Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.» Éxodo 3: 6

Los hermanos de José venden a su hermano a unos mercaderes que iban rumbo a Egipto, suceden una serie de cosas que están narradas en la Sagrada Biblia, lo que queremos resaltar es que José llegó a ser lo que hoy en día llamaríamos  “primer ministro de Egipto”, debido a que debido a la inspiración divina, José le interpretó  con acierto y sabiduría los sueños al Faraón, entre ellos el de las 7 vacas gordas y las 7 vacas flacas y en consecuencia el faraón nombró a José como su segundo y por lo tanto, José pudo ayudar a su familia y hacer una gran cantidad de cosas buenas…

Dios no estuvo en el mal de unos hermanos vendiendo a su propio hermano e incluso el proyecto original era matarlo, la cosa se matiza un poco, al final no lo matan pero lo venden,  

 

"26.Entonces Judá dijo a sus hermanos: «¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y tapar su sangre? 27.Mejor vendámoslo a esos ismaelitas y no pongamos nuestras manos sobre él, pues es nuestro hermano y carne nuestra.» Sus hermanos le hicieron caso, 28.y al pasar unos madianitas, que eran mercaderes, sacaron a José del pozo. Lo vendieron a los madianitas por veinte monedas de plata, y éstos llevaron a José a Egipto." 

Génesis 37: 26-28.

 

Nada de eso puede ser querido por Dios, eso fue cosa exclusiva de sus hermanos, no de Dios, Lo que sí fue de Dios es el haber permitido el mal de la venta de un hermano para sacar de ello un bien mayor tal cual narra José:

"1.A este punto José no pudo ya contenerse más delante de toda aquella gente que estaba con él, y gritó: «¡Salgan todos de aquí!» No quedaba ninguno cuando José se dio a conocer a sus hermanos, 2.pero rompió a llorar tan fuerte que lo oyeron los egipcios y los servidores de Faraón. 3.José dijo a sus hermanos:

 «Yo soy José. ¿Vive aún mi padre?» 

 

Ellos quedaban tan aterrados de verlo que no podían responderle. 4.El les dijo: «Acérquense», y se acercaron. 

 

«Yo soy José, su hermano, el que ustedes vendieron a los egipcios. 5.Pero no se apenen ni les pese por haberme vendido, porque Dios me ha enviado aquí delante de ustedes para salvarles la vida. 6.Ya van dos años de hambre en la tierra, y aún quedan cinco en que no se podrá arar ni cosechar. 7.Dios, pues, me ha enviado por delante de ustedes, para que nuestra raza sobreviva en este país: ustedes vivirán aquí hasta que suceda una gran liberación. 8.No han sido ustedes, sino Dios quien me envió aquí; Él me ha hecho familiar de Faraón, administrador de su palacio, y gobernador de todo el país de Egipto. 9.Vuelvan pronto donde mi padre y díganle: 

«Esto te manda a decir tu hijo José: Dios me ha hecho dueño de todo Egipto. 10.Ven a mí sin demora. Vivirás en la región de Gosén y estarás cerca de mí, tú, tus hijos y tus nietos, con tus rebaños, tus animales y todo cuanto posees. 11.Aquí yo cuidaré de ti, y nada te faltará a ti, a tu familia, ni a cuantos dependen de ti, durante estos cinco años de hambre que aún quedan." 

Génesis 45: 1-11

C- La traición de Judas:

Sobre la traición de Judas, de la cual antes hablamos, se han escrito muchas boberías de telenovelas y mucha teología/ficción  conexos y afines para vender series de televisión a ser pasadas en Semana Santa  cuyos “prime times” de TV se venden a costosos precios publicitarios ya que aprovechándose de la sensibilidad espiritual especial de la Semana Santa, lamentablemente mucha gente es sensible a ver lo que sea que le pasen en Semana Santa y por ello mucha gente ve en esos santos días mucha basura mediática y cibernética y Judas es uno de los personales que mediática y cibernéticamente más se usan para dichos no piadosos sino comerciales fines. Vamos a ver veraz y realísticamente quién era y lo que hizo Judas:

 

Judas es llamado “el hijo de la perdición”:

 

"12.Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura”. Juan 17: 12

 

Por otra parte:

 

“El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!» Mateo 26, 24

Veamos también lo siguiente:

 

Judas Iscariote era uno de los doce apóstoles. Judas Iscariote era el tesorero del grupo de Jesucristo y los doce apóstoles.  Canónicamente hablando, si no me equivoco, se llama "administrador apostólico". San Juan muy bien describe a Judas Iscariote. En efecto:

 

“Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos.

Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.

 

Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume.

 

Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar:

« ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?»

 

Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella”   (Juan 12, 1-6)

 

Para los efectos de nuestro análisis, hay tres elementos que hay que resaltar:

 

San Juan dice que Judas es un traidor: 

 

 “El que lo había de entregar”.

 

También lo llama hipócrita, persona con doble discurso, demagogo y farsante:

 

“No decía esto porque le preocuparan los pobres”

 

Y no solo lo llama ladrón sino que lo llama también corrupto:

 

“Sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella”

 

San Mateo también describe muy bien a Judas:

 

"Aún estaba hablando cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un tropel de gente con machetes y palos, mandada por los sumos sacerdotes y los senadores del pueblo.  El traidor les había dado por señal:

 

-El que yo bese, ése es: detenedlo.

Se acercó en seguida a Jesús y le dijo:

-¡Salud, Maestro!

Y lo besó. Pero Jesús le contestó:

-¡Amigo, a lo que has venido!"  (Mateo, 26 47-50) 

 

San Mateo claramente llama Judas “el traidor” y además dice que Judas no tiene escrúpulos en entregar a Jesús mediante un beso

San Mateo y San Juan conocían muy bien a Judas, directamente y no por referencias. 

 

Veamos otro ángulo de la traición de Judas:

 

“Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: "¿Cuánto me darán si se lo entrego?" Y resolvieron darle treinta monedas de plata.

 

Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión favorable para entregarlo” (Mateo, 26-14-16)

 

De acuerdo al libro del Éxodo 21,32, éste era el precio de un esclavo.

 

“Después de decir esto, Jesús se estremeció y manifestó claramente lo siguiente:

 

"Les aseguro que uno de ustedes me entregará".

Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería. 

 

Uno de ellos -el discípulo al que Jesús amaba- estaba reclinado muy cerca de Jesús. 

 

Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: "Pregúntale a quién se refiere". 

 

Él se reclinó sobre Jesús y le preguntó: "Señor, ¿quién es?". 

 

Jesús le respondió: "Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato". Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. 

 

En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: "Realiza pronto lo que tienes que hacer". Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Era de noche” 

Pero ninguno de los comensales comprendió por qué le decía esto. 

 

Como Judas estaba encargado de la bolsa común, algunos pensaban que Jesús quería decirle: "Compra lo que hace falta para la fiesta", o bien que le mandaba dar algo a los pobres (San Juan 13,21-27.33.36-38).

 

Ponemos la lupa en “en cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él”.

 

 “Cuando Judas, el traidor, supo que Jesús había sido condenado, se llenó de remordimientos y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los jefes judíos. Les dijo: «He pecado: he entregado a la muerte a un inocente.» Ellos le contestaron: «¿Qué nos importa eso a nosotros? Es asunto tuyo. “Entonces él, arrojando las monedas en el Templo, se marchó y fue a ahorcarse”. Mateo 27: 3-5.

 

Hay una nueva versión de la traición de Judas:

 

Cantalamessa, predicador pontificio, en San Pedro

«El mayor pecado de Judas no fue traicionar a Jesús, sino haber dudado de su misericordia»

 

El padre Cantalamessa contrapuso a Pedro y a Judas: ambos traidores, pero uno confió en la misericordia de Jesús, el otro no.

Francisco presidió este Viernes Santo por la tarde en la Basílica de San Pedro la celebración de la Pasión y Muerte de Jesús, con el acto central de la adoración de la Cruz y la lectura cantada de la Pasión según San Juan. Es

Como vimos nada de lo anterior vino de Dios, vino de Judas y la tentación del diablo en la que Judas cayó

 

La predicación correspondió al predicador pontificio desde 1980, el capuchino Raniero Cantalamessa, quien la centró en la figura de Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús. "

 

El padre Cantalamessa destacó que Judas ni nació traidor ni lo era en el momento en el que fue elegido como uno de los Doce: "¡Llegó a serlo! Estamos ante uno de los dramas más sombríos de la libertad humana". Fin de la cita.

 

Como se ve, el mal de la traición de Judas no vino de Dios. Sin embargo, de dicha traición, con la pasión y muerte de Jesús, Dios sacó un bien mayor como fue la Redención, la Reconciliación del género humano  con Dios Padre y la Resurrección de Jesús  como primicia de nuestra propia resurrección,  bien lo dice San Pablo

“Si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación, vana es también vuestra fe” (1 Cor 15, 14).

 

“Cristo resucitó de entre los muertos, como primicia de los que durmieron…Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos tendrán vida en Cristo " (1Co 15,20-22).

 

Vamos a suponer que Judas no hubiera traicionado a nuestro Señor Jesucristo o su después de haber acordado la traición se arrepiente y no traiciona a nuestro Señor Jesucristo… Si Judas no hubiera traicionado a Jesús, ¿cómo queda entonces la Redención, la Reconciliación del género humano con Dios Padre y la Resurrección de Jesús?

 

Debemos estar alertas que 

la traición de Judas fue responsabilidad personal de Judas, no fue ni una inducción, ni una sugestión, ni una insinuación o ninguna  “orden” que como en varias películas dicen o insinúan que Jesús, Dios y hombre le dio  a Judas  para que lo traicionara y así llevar a cabo el plan de Dios Padre o que hubo entre ambos una especie de “pacto de traición” en la que Judas era una especie de “pieza clave” para Jesús poder cumplir la voluntad de Dios Padre para que mediante su Pasión, Muerte y Resurrección redimiera al ser humano, reconciliarlo con Dios Padre y reabrirle las puertas del cielo, debido a que instigado por el diablo, Adán y Eva habían pecado contra Dios y por lo tanto se había roto la amistad entre Dios y el género humano y a la vez se habían cerrado las puertas del cielo…

 

D-Las negaciones de San Pedro:

 

Jesús le profetizó a San Pedro las negaciones en las que iba a incurrir. Tomemos nota “le profetizó”, lo cual no quiere decir que lo quiso sino que lo permitió para conseguir un bien mayor.  Sigamos adelante y veamos:

 

"¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.»"  (Luc. 22: 31-32)  

 

“Estando Pedro abajo en el patio, llega una de las criadas del Sumo Sacerdote y al ver a Pedro calentándose, le mira atentamente y le dice: 

 

«También tú estabas con Jesús de Nazaret.» Pero él lo negó: «Ni sé ni entiendo qué dices», y salió afuera, al portal, y cantó un gallo. Le vio la criada y otra vez se puso a decir a los que estaban allí: «Este es uno de ellos.» Pero él lo negaba de nuevo. Poco después, los que estaban allí volvieron a decir a Pedro: «Ciertamente eres de ellos pues además eres galileo.» Pero él, se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre de quien habláis!» Inmediatamente cantó un gallo por segunda vez. Y Pedro recordó lo que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres.» Y rompió a llorar". Marcos 14:66-72. 

 

Al final de este Evangelio de San Marcos está el arrepentimiento de San Pedro: “Y rompió a llorar". Este arrepentimiento también lo reproduce San Lucas: 

 

“Entonces, vuelto el Señor, miró á Pedro: y Pedro se acordó de la palabra del Señor como le había dicho: antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y saliendo fuera Pedro, lloró amargamente” (Lucas 22:60,61).

Vamos a imaginar por un momento lo que hubiera pasado si San Pedro se evanlentona y no se acobarda y por lo tanto no niega a nuestro Señor  Jesucristo, si eso hubiera ocurrido así, es imaginable y suponible el pensar que a San Pedro lo hubieran también matado junto a nuestro Señor Jesucristo y si ese hubiere sido el caso, la Iglesia no hubiera tenido a San Pedro como Papá y si todavía ese hubiere sido el caso, ¿qué hubiera sido de lo que le dijo muestro Señor Jesucristo a San Pedro cuando le dijo lo siguiente?:

 

 “Llegado Jesús a la región de Cesárea de Filipo, hizo esta pregunta a sus  discípulos: "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?" Ellos dijeron: "Unos, que Juan el Bautista, otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas." “Díceles Él: y vosotros ¿quién decís que soy yo?" Simón Pedro contestó: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" Replicando Jesús dijo: "Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 

 

 “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del Reino de los Cielos y lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos” (Mateo 16, 13-20)

Es decir, es imaginable y pensable que la Iglesia “hubiera comenzado” sin San Pedro como Papa, por lo tanto, la Iglesia hubiera comenzado sin Papa; sin embargo, eso no es posible ya que no es posible Iglesia sin Papa. En consecuencia, es quizá teológicamente imaginable que Dios permitió la cobardía del primer Papa, San Pedro para sacar el bien mayor que la Iglesia comenzara con un Papa y no quedara descabezada sin Papa porque lo hubieran matado junto Jesús y los dos ladrones, San Dimas y Gestas y que en vez de tres cruces en el Calvario hubieran habido cuatro y una Iglesia sin Papa; por lo tanto, no hubiera nacido la Iglesia de Cristo.

 

Otros bienes mayores que sacó Dios de haber permitido las negaciones de Pedro son los siguientes:

 

San Pedro reparó las tres negaciones y hasta derramó su sangre por la fe en Jesucristo:

 

“Cuando terminaron de comer, Jesús le preguntó a Simón Pedro:   —Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?  —Sí, Señor, tú sabes que te quiero —contestó Pedro.  —Apacienta mis corderos —le dijo Jesús. 16 Y volvió a preguntarle: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas?  —Sí, Señor, tú sabes que te quiero.  —Cuida de mis ovejas. 17 Por tercera vez Jesús le preguntó:   —Simón, hijo de Juan, ¿me amas?  A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: « ¿Me quieres?» Así que le dijo: —Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo—” —“Apacienta mis ovejas”-

 “En verdad cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; más cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. 

Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme”. (Juan 21, 15-19)

En efecto, el emperador Nerón había mandado a incendiar Roma con el fin de componerle unos versos pero al ver las consecuencias políticas negativas que le podía causar dicho incendio, no se le ocurrió otra cosa que echarles la culpa a los cristianos y en consecuencia, desató una feroz persecución contra los cristianos.

 

Ante tal circunstancia, San Pedro se asusta y decide abandonar Roma y es el caso que huyendo, se le aparece Jesucristo. Al verlo, San Pedro le pregunta: “¿Quo Vadis Domine?”, “¿a dónde vas Señor”, y este le contesta: “voy a Roma a que me crucifiquen otra vez”.

 

Y en consecuencia San Pedro decide volver, y en efecto, lo crucifican. 

La tradición dice que pidió que lo crucificaran boca abajo como en efecto hicieron ya que no se consideraba digno de morir de la misma forma que su Dios, Maestro y Señor. 

 

VII- En el número 313 del Catecismo de la Iglesia Católica nos explica muy bien que Dios saca bienes mayores de los males que permite: 

 

313 "En todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman" (Rm 8, 28). El testimonio de los santos no cesa de confirmar esta verdad:

Así santa Catalina de Siena dice a "los que se escandalizan y se rebelan por lo que les sucede": "Todo procede del amor, todo está ordenado a la salvación del hombre, Dios no hace nada que no sea con este fin" (Dialoghi, 4, 138). 

Y santo Tomás Moro, poco antes de su martirio, consuela a su hija: "Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que Él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor" (Carta de prisión; cf. Liturgia de las Horas, III, Oficio de lectura 22 junio).

 

Y Juliana de Norwich: "Yo comprendí, pues, por la gracia de Dios, que era preciso mantenerme firmemente en la fe [...] y creer con no menos firmeza que todas las cosas serán para bien [...] Tú misma verás que todas las cosas serán para bien" ("Thou shalt see thyself that all manner of thing shall be well" (Revelation 13, 32).

 

VII. “No hay bien que por mal no venga”.

 

 Si la buena señora que describimos al principio de este trabajo leyera algo de estas líneas, quizás pudiera entender o por lo menos tener fe en que por algún designio divino de bien, a pesar de sus rezos y oraciones de madre amorosa, Dios se llevó a su hijo. No en vano dice el dicho que “no hay bien que por mal no venga”.

LUIS ALBERTO MACHADO SANZ

Abogado

machadosanz@gmail.com

@caballitonoble